EL RESPETO

Una acepción de la palabra (la que en esta nota tomaré en cuenta) dice que el respeto es la preocupación y consideración por el impacto de nuestras acciones en los demás.

 

Max Weber (1864 – 1920), historiador, uno de los fundadores de la sociología moderna, hizo una diferencia conceptual entre las nociones de acción y acción social.

 

Definió “acción” como una conducta a la que el actor enlaza un sentido subjetivo. Es decir, un “para qué”.

 

Definió “acción social “ como la acción que está dirigida a otro u otros.

 

Desde este punto de vista, cocinar para comer uno mismo es una acción.

 

Cocinar para que coman otros (en la familia, por ejemplo) es una acción social.

 

La acción social, para realizarse, tiene en cuenta la conducta del otro u otros.

 

Es posible que esos otros:

 

Estén presentes y sean conocidos. Es el caso de un docente que está dando una clase a sus alumnos.

 

Estén presentes y sean desconocidos. Es el caso de un conferencista dando una conferencia a personas que no conoce.

 

Estén ausentes y sean conocidos. Es el caso de un docente que está en su casa preparando una clase para sus alumnos.

 

Estén ausentes y sean desconocidos. Es el caso de un autor que está escribiendo un libro.

 

Es importante la intención de la persona que lleva a cabo la acción social.

 

Aun así, la acción social vale especialmente por sus efectos.

 

Y sus efectos se encuentran en esos otros a quienes va dirigida.

 

Un docente, por ejemplo, puede tener la mejor intención respecto del aprendizaje de un tema por parte de sus alumnos.

 

Puede programar con mucho empeño la manera de transmitir el tema.

 

Pero si la mayoría de sus alumnos no entiende y no puede aprender, deberá revisar la manera que ha programado para transmitir.

 

Si se queda aferrado a sus intenciones y a la virtuosidad de su programación y no toma en cuenta qué es lo que sucedió con sus alumnos, su acción social habrá sido ineficiente.

 

La respuesta y el efecto de mi acción social no reside en mí, sino en el otro u otros a quienes se ha dirigido.

 

La mirada hacia ese efecto en el otro u otros se corresponde con la acepción de respeto tomada en cuenta.

 

Por el contrario, el centramiento en la intención y decisión de uno mismo, sin consideración del efecto en otros, no se corresponde con la noción de respeto referida.

 

Por supuesto, que cuando una acción social está dirigida a muchos, especialmente si no son conocidos, los efectos podrán resultar muy variables e incluso contradictorios entre unos y otros.

 

Se trata, en tal caso, de poder observar, escuchar y considerar la mayor variación posible de efectos y básicamente de cuidar que los mismos no sean ostensiblemente dañinos.

 

Ese respeto, esa consideración por el efecto de las acciones sociales de cada uno sobre otros, está en la base de la convivencia.

 

Y en la base de la construcción de entramados sociales oxigenados y saludables.

 

Pascua es “paso”.

 

Que en estas Pascuas, podamos, como humanidad y como país, dar un paso hacia el respeto, la convivencia, la racionalidad y la paz.

 

Guillermo D. Rivelis